La mezcla asfáltica en caliente es esencial en la construcción de carreteras y pavimentos, preparada a altas temperaturas para garantizar maleabilidad y durabilidad. Este compuesto, compuesto por agregados pétreos como grava y piedra triturada, se combina con asfalto líquido derivado del petróleo.
Preparación en la Planta de Asfalto
En la planta, los agregados se secan y calientan entre 150°C y 180°C para eliminar la humedad y permitir una combinación homogénea con el asfalto líquido. Este último también se calienta, alcanzando temperaturas entre 150°C y 170°C para reducir su viscosidad y facilitar su mezcla con los agregados.
Proceso de Mezcla y Transporte
La mezcla asfáltica de agregados y asfalto ocurre en un tambor mezclador a temperaturas de 150°C a 160°C, asegurando una distribución uniforme. Esta combinación se transporta a la zona de construcción entre 130°C y 150°C, garantizando maleabilidad y capacidad para compactarse.
Colocación y Compactación
Durante la colocación, el asfalto caliente se vierte y compacta rápidamente a temperaturas que oscilan entre los 120°C y los 150°C, eliminando el exceso de aire y asegurando una superficie uniforme y resistente.
Beneficios y Consideraciones
La mezcla asfáltica resiste cargas pesadas y condiciones climáticas adversas. Su rápida solidificación reduce el tiempo de cierre al tráfico. Sin embargo, el control de temperaturas es esencial para la calidad y durabilidad del pavimento.
Resumen: Durabilidad a Altas Temperaturas
En resumen, la mezcla asfáltica en caliente se prepara y aplica a temperaturas específicas, garantizando resistencia y durabilidad en condiciones variables, desde la producción hasta su colocación en superficies pavimentadas.